De momento, ha decidido no entrar en guerras con el club ni tensar la cuerda forzando una negociación. Este último año lo hizo cuando Abidal acusó a la plantilla de ser la causante de la destitución de Bartomeu o cuando se cuestionó la implicación del equipo durante el confinamiento ante la petición del club de una rebaja salarial. Messi siempre ha salido a la palestra cuando se ha sentido atacado o cuando ha querido dejar alguna cuestión clara y ahora está ante la decisión más importante de su vida.